
Cultura
Violetas
Gustavo Álvarez
13/Septiembre/2020
Desde el inicio del cine la mujer ha tenido un rol preponderante en la producción de largometrajes, ya sea delante o detrás de la cámara. Se ha mantenido en constante lucha por el reconocimiento justo de su trabajo y por la igualdad en el medio. Personajes como la estadounidense Alice Guy, directora de la considerada primera ficción en la historia, El hada de los repollos (1896); la guionista de Metrópolis (1927), Thea von Harbou; Mimí Derba, pionera del cine mexicano; actrices como Lupita Tovar, Mary Pickford, Dolores del Río, Lillian Glish, María Félix, Alma Delia Fuentes o Silvia Pinal, directoras como Tatiana Huezo o Marysse Sistach, así también cinematógrafas destacadas de la talla de Maria Secco o Cecilia Cárdenas han sido pilares en desarrollo de la cinematografía, tanto nacional como internacional. Nos han permitido disfrutar nuevas historias, con diferentes perspectivas, de un tono fresco que mantienen un gran valor y que permean a la industria de algo más.
De representaciones apegadas a la realidad, que rompen paradigmas del cine comercial mexicano, el cual se aleja de la verdad, y que va más allá a través de la percepción y reflexión del espectador permitiendo un sentido de pertenencia a las situaciones centrales de distintos filmes que marcan, si no un antes y un después, un punto de partida hacía narrativas innovadoras y desafiantes.
Es el caso de Perfume de violetas (2001) dirigida por Marisa Sistach, escrita por José Buil y protagonizada por Nancy Gutiérrez, Ximena Ayala, Aracelia Ramírez y Luis Fernando Peña, que relata la historia de dos amigas adolecentes, Yessica (Ximena Ayala) y Miriam (Nancy Gutiérrez), que en su descubrimiento sobre lo que es la vida, una violación; orquestada por Jorge (Luis Fernando Peña), hermanastro de Yessica, desencadena una serie de hechos desafortunados para Miriam y Yessica que tienen un desenlace trágico como podría suceder en la realidad. La cinta fue galardonada en los premios Ariel a mejor guión original, mejor actriz, mejor diseño de arte, mejor coactuación femenina y mejor vestuario. Además, compitió para representar a México en la categoría de mejor película de habla no inglesa en la entrega de premios de la academia número 74.
El largometraje nos presenta una historia en donde la quinta esencia es la falta de oportunidades, la violencia y la pobreza. La cinematografía va un paso más adelante y nos muestra las problemáticas como si de un documental se tratara. Desde el inicio la imagen establece los problemas que atraviesan los jóvenes contemporáneos a las protagonistas mediante encabezados de periódicos. “Violencia latente en las secundarias y escuelas del país.”, “Denuncian caso de ‘protección a violadores’.” se puede leer durante los créditos de inicio y consagra una intriga de predestinación. La cámara es cómplice de dicha intriga y una vez que sucede la violación ésta se aparta y, en vez de mostrar imágenes sórdidas, decide no mostrar el acto porque ya nos lo ha advertido. Intuimos lo que va a suceder, pero no es predecible. A la par, la puesta en escena, sin ser de un alto nivel estilístico, a través de la representación simbólica del color púrpura mediante la violeta, por medio de los vestuarios de Alicia (Aracelia Ramírez) y Miriam nos pone frente a un medio prematuro de la pérdida; la injusta muerte de la inocencia y de la privación de la vida.
El desarrollo de todos estos componentes apoya la perspectiva que nos ofrece cada personaje. Se nos hace empatizar con una madre que haría todo por su hija, con una hija que haría todo por su amiga y una amiga que daría todo por tener una mejor vida. Entendemos conductas que probablemente hemos presenciado. Somos conscientes de que más allá de simples apariencias y pensamiento erróneos hay algo más complicado que siempre recuerda a un ¿por qué?
Así Perfume de Violetas se inscribe en la cinematografía mexicana sobresaliendo de cintas mediáticas. Maneja el tema de la violencia, el abuso y la pobreza como un retrato de la realidad sacado de la mente de Marisa teniendo como objetivo no el simple entretenimiento del público sino, como dije en el segundo párrafo, la reflexión de dichas circunstancias que, 19 años después, siguen estando latentes en México.
Disponible en la plataforma de streaming FilminLatino de manera gratuita.
Referencias.
Jean Chevalier y Alain Gheerbrant. (1987). Diccionario de los símbolos. Francia: Herder S.A. Barcelona.
Patti Bellantoni. (2005). If it’s purple, someone’s gonna die : the power of color in visual storytelling for film. Estados Unidos: ELSEVIER.
