
Imagen de portada: James R. Eads
Bienestar
Una respuesta a por qué nos gusta tanto el sexo
Andrea Mújica
1 de Junio de 2021
Nos han enseñado que los seres humanos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Se nos ha planteado que tener relaciones sexuales es la naturaleza llamándonos para tener hijos y continuar con nuestro linaje; sin embargo, hoy sabemos que es mucho más profundo, complejo y diverso que eso.
El sexo es un tema muy amplio y complejo, pues hay muchos tipos de sexo, diferentes gustos y prácticas, diversas creencias respecto a este y varias implicaciones y responsabilidades que trae tener relaciones sexuales. Por ello, siempre es importante tener educación sexual, para tomar decisiones saludables e informadas respecto a la sexualidad y el sexo.
Cabe aclarar que de entre las cosas más importantes en el sexo, es que siempre exista consenso, comunicación, responsabilidad afectiva, respeto y seguridad. Pues si no existen todos estos factores, puede ir desde una experiencia insatisfactoria hasta llegar a la violencia sexual.
Aunque también se puede elegir no tener relaciones sexuales o simplemente no desearlas, ya que el sexo no es una necesidad vital como comer o dormir, por lo que se puede vivir perfectamente bien sin ello si así de desea.
Ya dicho lo anterior, si se elige tener sexo puede ser por diversas situaciones, ya sea por deseo o gusto, por el placer, por ir en búsqueda de una nueva conexión con la persona con la que se está, para liberar tensión, para dormir mejor, para terminar una pelea, para reconciliarse con alguien, por curiosidad, etc.
Sin importar la razón por la que se elija tener sexo, la persona con quien se decida o el momento en el que se quiera, este siempre trae implicaciones físicas, fisiológicas, emocionales, cognitivas, conductuales y psicológicas que te hacen sentir de formas muy particulares y, lo esperado, es que te produzca placer y después continúes buscando satisfacer ese deseo.
Claramente hay muchas respuestas para la pregunta de por qué nos gusta tanto el sexo, una de ellas tiene nombre: 3,4-dihidroxifenilalanina o mejor conocido como dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que se produce en muchas partes del sistema nervioso y que sirve para diferentes cosas como: ayuda en el proceso de aprendizaje, a la memoria, a la motivación, en el sueño, al humor, en la atención y lo que más nos interesa aquí es en la recompensa ante estímulos placenteros.
La dopamina es crucial en el sistema de recompensa de nuestro cerebro, esta induce a la repetición de las conductas que nos provocan placer como alimentarse, ir de compras, escuchar música, ver a amigos, estar con una mascota o el sexo. Y si se aumenta la cantidad de este neurotransmisor, aumenta el placer, pero si se retira, se bloquea la capacidad de sentir placer.
Claro que la dopamina no es la única sustancia que está implicada en el placer o en el sexo, ni es la única respuesta a nuestro gusto por este, pero si es una parte importante que nos ayuda a comprender un poco más por qué nos gusta tanto el sexo.