
Nacional
Una novela criminal
Ángel Enrique Dupuy
15/Diciembre/2020
Ya son 15 años de la detención de Florence Cassez e Israel Vallarta ¿qué ha pasado durante este tiempo?
El 9 de diciembre de 2005 los televidentes despertaron con la noticia del año en materia del crimen organizado en México. Florence Marie Louise Cassez e Israel Vallarta serían detenidos por Luis Cárdenas Palomino y agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en el Rancho “Las Chinitas” por los presuntos secuestros de Valeria Cheja, Ezequiel Elizalde, Cristina Ríos, Christian Ramírez Ríos, entre otros.
Jorge Volpi impacta en la forma de narrar los sucesos en los que Cassez termina por convertirse en la presa política extranjera del sexenio. Por su parte, Genaro García Luna demuestra la rancia administración de seguridad pública federal que existe en el territorio nacional, ya que en el libro se retratan las mentiras y las búsquedas de pseudo-pruebas que la Procuraduría General de la República (PGR) crea para que los mexicanos observen la existencia de la banda de “Los Zodiaco”.
Si no se supiera cómo funciona el sistema judicial mexicano, los lectores pensarían que la novela en sí es un texto de ciencia ficción. La crudeza con la cual el autor expone las declaraciones de violación sexual de una de las víctimas, los “levantones” extrajudiciales por parte de la PGR a la familia de los Vallarta y el cómo los demás implicados son protegidos por los altos mandos por los negocios que estos traen con ellos demuestra la realidad de la policía mexicana.
“Tuviste mala suerte Florence, eso es todo” fueron las palabras de Eduardo Margolis, un filántropo y empresario judío que estuvo implicado directa o indirectamente en las detenciones de Cassez y de Vallarta y, que hasta el momento, no se sabe si fue él quien ordenó la captura de Vallarta. Según Margolis, él descubrió que los Vallarta pertenecían a un grupo de secuestradores y por eso la AFI los detuvo, pero que no pensaban que Cassez fuera cómplice de ellos (Volpi, 280-281).
Asimismo, en el entrelazado de la historia, el autor reconoce cómo Cassez fue usada por parte del gobierno francés y del gobierno mexicano para fines políticos, tales como el reconocimiento del expresidente Nicolás Sarkozy como el salvador de los franceses hasta por el expresidente Felipe Calderón para reconocer la eficacia de su gobierno en contra del crimen organizado.
Las víctimas no actuaban solas, Ezequiel Elizalde siempre aparecía con Isabel Miranda de Wallace, activista de los derechos humanos y quien sería candidata para la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Inclusive se narra en la historia que Miranda de Wallace le daba indicaciones a Elizalde para que el ministro Arturo Zaldívar desistiera de la revisión de amparo indirecto del caso de Cassez sin percatarse que el secretario del mismo los acompañaba en el elevador (Volpi, 239).
Por otra parte, se refleja el cambio de ideología que tuvo la Suprema Corte de Justicia de la Nación para liberar con un amparo liso y llano a Florence Cassez. La disputa política terminó cuando el sexenio cambió y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena fue nombrado ministro de la Suprema Corte cuando el Partido Revolucionario Institucional ya tenía la mayoría en el Senado de la República. Fue así, como la primera sala en materia civil y penal se volvió más liberal y logró, en decisión dividida 3 a 2, liberar a Cassez.
El caso de Israel Vallarta está lleno de irregularidades, pero también hace dudar de si él en verdad es una víctima o un secuestrador, ya que no hay información concreta de que las víctimas lo reconocieran firmemente, inclusive se habla de que Ezequiel se auto secuestró con vistas a obtener dinero de su padre. Pero, este sí reconoce una de las casas donde estuvo cooptado y la cual es perteneciente a los familiares de Vallarta.
Él argumenta que no quiere irse por la vía fácil del mal procedimiento del debido proceso y que quiere agotar todos los recursos para demostrarse inocente. La pregunta es ¿por qué? Una persona que es inocente hace todo lo posible para salir de la cárcel, no importa por cuál vía sea. Algunos expertos que, según Volpi, logran obtener información acerca del caso explican que Vallarta sí se dedicaba a la compra venta de autos robados, entonces por ese delito sí podría recibir una pena, más no por los intentos de secuestro. Es decir, si se comprueba que Vallarta tenía dicho oficio sí es culpable de delincuencia organizada.
Se han cumplido 15 años de aquel 9 de diciembre de 2005. Florence Cassez está en Francia cuidando a su hija y recuperando su vida. Genaro García Luna está encarcelado en Estados Unidos por nexos con la delincuencia organizada. Carlos Loret de Mola, exdirigente de Primero Noticias y narrador de la detención de los secuestradores en “Las Chinitas” fue llamado a declarar por las autoridades mexicanas en octubre de 2020.
Por su parte, Luis Cárdenas Palomino tiene órdenes de aprehensión en su contra por la tortura de Mario Vallarta y Sergio Cortez Vallarta, hermano y sobrino de Israel Vallarta. Eduardo Margolis siguió su vida cotidiana; Calderón formó su agrupación política nacional; Nicolás Sarkozy fue juzgado por malversación de fondos en Francia y se está pidiendo que tenga una condena de 2 años de prisión.
Finalmente, Israel Vallarta sigue en la cárcel y sin condena alguna, ahora en el Centro Federal de Readaptación Social 17 en Michoacán, en donde acusó al director de la misma de estarlo torturando. El presidente López Obrador escuchó sus plegarias y en “La mañanera” del 14 de diciembre de 2020 explicó que su caso será investigado y puesto a disposición del subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, y de la Fiscalía General de la República.
Por un caso mal construido, dos presuntos secuestradores no obtuvieron condenas por parte de la PGR, no tendrán condenas por la FGR y el presunto culpable pasará el resto de su vida en las cárceles del país si es que no tiene forma de presentar amparos con resolución a su favor. Las torturas y las capturas extrajudiciales son el orden del día en nuestro país y solo respetando el Estado de Derecho, la presunción de inocencia y la no-cooptación del crimen organizado en las instituciones judiciales se cambiarán las visualizaciones negativas de la justicia mexicana.
Referencias:
Volpi, Jorge. 2018. Una Novela Criminal. 1st ed. Madrid: Alfaguara.