
Póster fanmade de James Stok. / Imagen de Reddit
Cine, Entretenimiento
The Troll Hunter, la verdad ante nuestros ojos
Fernando Roura
26 de Mayo de 2021
Si alguien me pregunta por un troll mi respuesta será concisa: unas bestias peludas, algo estúpidas, con grandes pies y una enorme nariz de formas redondeadas en mitad de su cara.
Como mucho me acordaré de un gigantón de piedra que aparecía en la adaptación cinematográfica de La Historia Interminable, popular novela homónima de Michael Ende, que, si no me equivoco, también pasaba por ser un troll.
Y por supuesto todo ello pone de manifiesto mi vago conocimiento sobre todo lo que acontece en el universo de JRR Tolkien y su saga de hobbits senderistas y anillos mágicos. Pero por suerte esta delicia noruega titulada The Troll Hunter (Trolljegeren) llega dispuesta a poner fin a mi total desconocimiento sobre la vida y milagros de lo que podríamos denominar como el troll común.
Un equipo de filmación compuesto por tres jóvenes universitarios investiga a un tipo sospechoso de cazar osos, de manera furtiva, en las altas montañas noruegas.
Lo que no alcanzan ni siquiera a sospechar, es que el mencionado cazador no alberga interés alguno por los animales. Su objetivo real son trolls, unas bestias mitológicas recluidas, bajo supervisión del gobierno noruego, en las profundidades de los bosques y que, en los últimos días y por razones desconocidas, han empezado a mostrar comportamientos extraños.

Escena de la película. / Imagen de Movie Haku
Bajo el que nunca me cansa formato del falso documental, The Troll Hunter se nos presenta como un manual para tontos capaz de instruirnos en los más recónditos secretos acerca de la verdadera naturaleza de los trolls, su vida y sus costumbres; haciendo siempre gala de un sanísimo y disfrutable sentido del humor, espíritu aventurero (muy cercano a experiencias que forman parte de nuestra infancia) y capacidad para sorprendernos en todos y cada uno de los momentos en los que estos seres mitológicos aparecen en pantalla, y demostrándonos, a su vez, que nuestras ideas preconcebidas sobre lo que era un troll (quizás algo infantiles) no iban tan mal encaminadas.

Escena de la película. / Fuente: Youtube
Una trama sencilla pero altamente efectiva (a la que intenta dotar de realismo el mencionado recurso del falso documental) es más que suficiente para trasladar todo el protagonismo a los auténticos reyes de la función: los trolls.
Recuerdo que cuando empezaron a circular por la red las primeras imágenes y teasers de The Troll Hunter surgieron serias dudas acerca de si el material pertenecía realmente a una película o se trataba de algún tipo de campaña viral. Y es que los trolls de The Troll Hunter sorprenden, impresionan. Quizás no tanto por su acabado final o por su excelencia técnica (aunque hay que señalar que los efectos digitales no están nada mal), sino más bien por saber mezclar a la perfección los aspectos más fantásticos o mitológicos de los trolls con las pretensiones realistas de la propia trama de la película. Me explico… o al menos lo intento.

Escena de la película. / Fuente: IMDB
Cuando uno tiene delante de sí a las criaturas de The Troll Hunter, el componente fantástico se hace patente. Identificamos a los trolls con esas mismas criaturas que poblaban nuestros cuentos infantiles. Y sin embargo el relato también funciona a la perfección enmarcado en la trama realista que persigue la película. Los trolls, al margen de su carácter mitológico o mágico, también funcionan en su faceta de especie animal en peligro de extinción protegida por el gobierno.
Resulta “sencillo” creerse la delirante teoría conspirativa de un gobierno noruego preocupado, desde sus más altas instancias, en mantener a buen recaudo el secreto de la existencia de los trolls; y esta trama, de corte realista, congenia perfectamente con la presencia fantástica de los monstruos en cuestión. ¿El resultado? Toda una delicia. Una historia fresca, original y muy bien contada. Un plato distinto a los que estamos habituados. ¿Se echa algo en falta? Quizás sí. Quizás algo más de mordiente, algo más de acción, de fuerza (la única secuencia que me provocó escalofríos fue la que tiene lugar en el interior de la cueva).
Un defecto que, en cierta manera, comparte con la muy recomendable coproducción finlandesa-noruega Rare Exports: A Christmas Tale. Pero en cualquier caso sigo pensando que es un defecto menor y absolutamente superado por una propuesta capacitada para sorprendernos y cautivarnos a partes iguales. Lo dicho… The Troll Hunter es una pequeña y muy apetitosa delicia. Muy recomendable.