
Banner del tráiler de la película. / Imagen de JC Magazine
Cine, Entretenimiento
The Empty Man, sectas y horror cósmico
Fernando Roura
08/Marzo/2021
Cualquiera que vea el tráiler de The Empty Man puede hacerse la idea errónea de que se encuentra ante la enésima cinta de adolescentes enfrentados a una maldición con temporizador.
The Empty Man es mucho más ambiciosa y menos simplista que esos slasher sobrenaturales. Tal vez incluso demasiado ambiciosa (aunque muy por debajo del cómic que adapta) pues nunca parece definirse en un género determinado. Personalmente, su extensísima duración, dos horas y cuarto, no se me hicieron en ningún momento pesada gracias a ese carácter cambiante. Además, los amantes de la literatura de H. P. Lovecraft van a encontrarse con una historia bien estructurada que en varios momentos nos remite a este autor. De hecho, remite más a él que a la novela gráfica de la que proviene.
Cuatro montañeros norteamericanos de viaje por el Tíbet, encuentran un altar en torno a un extraño esqueleto humanoide (que visualmente nos recuerda al comienzo de Alíen). El personaje de Aaron Poole, que descubre el túmulo al caer por una grieta, queda en estado catatónico y la climatología obliga al grupo a encerrarse en un refugio de montaña donde se enfrentarán a un terrible misterio… Años después, en Estados Unidos, un expolicía (James Badge Dale) tratará de averiguar el paradero de la hija de su vecina y de sus amigos, desaparecidos todos ellos, tras invocar a una leyenda urbana. Las investigaciones se tornan cada vez más espesas y una suerte de logia o asociación de nuevo pensamiento (el instituto Pontifex), se perfila como responsable de estos misteriosos sucesos.

Escena de The Empty Man. / Imagen de cineoculto.com
The Empty Man es una adaptación al cine de la fantástica y macabra novela gráfica escrita por Cullen Bunn. Una adaptación que casi supone una obra nueva. Del cómic original hay muy poquito: toma varias secuencias, ideas y algo del espíritu, pero se queda muy por detrás del oscurísimo y sangriento viaje que nos ofrecía el guionista e ilustraba Jesús Hervás. Tal es el cambio de rumbo, que resulta extraño que la editorial Boom, que publica el cómic, esté detrás también de la producción de un film tan infiel. Así que, quien acuda buscando la historia original, que sepa se llevará un disgusto mayúsculo.

Escena de The Empty Man. / Fuente: aventurasnerd.com
La cinta comienza con una introducción de veinte generosos minutos que es casi un film independiente, que además es realmente inquietante. Posteriormente a esta historia, el director David Prior trenza una trama detectivesca con otra propia de esas películas adolescentes que mencionaba en el párrafo primero (Nunca digas su nombre, Don’t Knock Twice, Llamada perdida, etc). Conforme la trenza se apriete comenzará un relato de terror mucho más adulto y también más lento.

Escena de The Empty Man. / Fuente: Tomatazos
Como a todos los detectives del cine negro, al personaje de Badge Dale le persiguen sus propios demonios del pasado, que intuimos tienen también relación con su empeño en ayudar a su amiga en la búsqueda de su hija. Con el paso de los minutos iremos descubriendo en este investigador mimbres de esos personajes de los mitos de Cthulhu y obras a su rebufo, que se van metiendo sin saberlo en una conspiración interdimensional. Con una secta en el punto de mira, que recuerda a la cienciología, nos irán guiando a una conclusión que entra de lleno en el terror cósmico, muy influenciado esta vez por el concepto de los Tulpas tibetanos.
Pocos sobresaltos, pero efectivos y un par de secuencias escalofriantes, atención al momento del video encontrado, sujetan la tensión de la cinta conforme se acerca a su supuestamente sorprendente conclusión. Buenos actores, una muy buena factura y unos efectos especiales escasos con sabor a lovecraft, le dan un notable alto a su puesta en escena. Aun así, The Empty Man ha sufrido en Estados Unidos el vapuleo de los lectores del cómic y de la crítica de cine. Ha sido señalada de pretenciosa, aburrida o simplemente fallida. Personalmente no veo tal desastre. Creo que los muy aficionados al terror van a saber encontrar la gracia y disfrutar de casi todo lo que se nos propone, aunque, para ser sinceros, yo también hubiera deseado una conclusión mucho más rotunda y cercana al exceso de la obra en la que se ha inspirado.