
Carlos E. Rojas Rodríguez confronta al entonces precandidato Biden sobre su postura respecto a las deportaciones a inmigrantes indocumentados durante un evento en Carolina del Sur en 2019/ Imagen de Associated Press por Meg Kinnard
Coyote Global
Sobre dreamers, migrantes y refugiados en la era Biden
Mauricio Vázquez Medellín
22/Marzo/2021
El pasado jueves fue aprobada en la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos una legislación que busca redireccionar la política migratoria de la Unión Americana con los dreamers y trabajadores del campo. La nueva ley hace prudente analizar lo prometido y entregado (hasta el momento) por el gobierno de Biden en materia migratoria.
El legado migratorio de Trump: xenofobia, antimigración y crisis en la frontera sur de los Estados Unidos
Uno de los frentes más dramáticos que existió durante la presidencia de Donald Trump fueron las políticas migratorias. Cancelación de programas migratorios, prohibiciones de entrada a países mayoritarias musulmanes, separación de familias migrantes, la construcción y renovación del afamado muro fronterizo con México y por último, pero no menos relevante, amenazas comerciales que concluyeron en que la recién creada Guardia Nacional fuera de facto la patrulla fronteriza del gobierno estadounidense.
Con la elección de Joe Biden sobrevinieron muchísimas promesas de un cambio de 180º grados en el ámbito migratorio. Sin embargo, este discurso propuesto sigue siendo contrastado con la realidad. El pasado 10 de marzo el Washington Post reportó que alrededor de 700 niños, la mayoría originarios de naciones centroamericanas, encontraban esperando resolución de su situación migratoria en el Centro de Atención a Menores Fronterizos, (CAMEF) en Reynosa Tamaulipas, dejando en claro que no solo no se han iniciado los cambios prometidos, sino que la inmigración es un problema multilateral que debe ser atajado de manera conjunta entre los Estados Unidos y los principales países generadores de migrantes.

Los enfoques y soluciones de Trump y Biden para la situación migratoria que enfrentan los Estados Unidos representan dos polos opuestos/ Imagen de Sonoma County Gazette
El quehacer y las críticas a la administración de Joe Biden en el frente migratorio
Si bien la línea de las promesas del gobierno de Biden en el frente migratorio fue clara, el discurso y la dirección de las políticas han sido criticadas por muchos grupos especializados afirmando que su política migratoria carece de un plan y sólo son políticas sueltas implementadas sobre la marcha, además de un discurso contradictorio que vacila entre una política de “puertas abiertas” y otra de defensa fronteriza frente a ilegales.
Las críticas suscitadas han sido atajadas previamente por Alejandro Mayorkas, titular del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, afirmando que la situación actual es producto de las políticas impulsadas por la administración de Donald Trump, afirmando que éstas dejaron destrozado al sistema de inmigración. En esta comparecencia, Mayorkas reconoció que la situación que se está viviendo en la frontera sur de la unión americana era “un gran reto”, además de reconocer que la dependencia que encabeza estaba trabajando para “atajar la urgencia que representa la situación” y “cumplir con sus expectativas en labores humanitarias”.
Pese a todo lo anterior, la situación migratoria que envuelve a la frontera sur de los Estados Unidos ha dado pasos hacia la dirección más humanitaria que Biden ha prometido que su gobierno tomaría. Iniciando en su primer día en el cargo, con la firma de 5 órdenes ejecutivas que dejaban sin efecto a la mayoría de las acciones del gobierno de Trump, hay indicios que indican que la situación en la frontera está dando pasos en la dirección previamente descrita.
Mientras que sus principales instalaciones de atención a migrantes se encuentran en reparación, el gobierno estadounidense ha instalado dos módulos temporales en el sur de Texas donde jóvenes migrantes que no estén acompañados por algún familiar y/o adulto recibirán atención conjunta del Departamento de Salud y Servicios Humanos y el de Aduana y Protección Fronteriza. El Washington Post reporta que durante las últimas semanas el número de jóvenes migrantes que están arribando a la frontera ascienden a los 300 diarios.
Con respecto al muro fronterizo, todavía no queda claro cómo es que la administración de Biden gestionará la cancelación de los contratos de construcción suscritos durante el periodo de su predecesor, pero queda claro que el rumbo que tomarán los acontecimientos es uno de “derribar muros y tender puentes”. En torno a la separación de familias, el Departamento de Aduana y Protección Fronteriza reportaba que desde el pasado enero los números de trámites de asilo y recepción de migrantes han aumentado en términos absolutos y relativos, reconociendo que han aumentado de 38 a 60% los casos de familias que han sido tomadas en custodia para evaluar sus casos migratorio.
Todas las acciones llevadas a cabo en la frontera México-Estados Unidos buscan ser complementadas por las medidas ejecutivas anunciadas por el Departamento de Estado el pasado 10 de marzo. En un comunicado se afirmaba la intención de reactivar el Programa de Menores Centroamericanos (CAM por sus siglas en inglés), una política iniciada en 2014 por la administración de Obama y desarticulada por el gobierno de Donald Trump en 2017 respectivamente.
Los beneficiarios de este programa eran jóvenes migrantes provenientes del Triángulo Norte Centroamericano, es decir, El Salvador, Guatemala y Honduras y el objetivo del programa era reunirlos con parientes que se encontraban residiendo en los Estados Unidos. El comunicado afirma que diferentes instancias del Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional colaborarán para evaluar todos los casos que fueron afectados por la suspensión del programa en 2017, además de supervisar la re-implementación de este programa que originalmente había ayudado a reunir a más de 5,000 jóvenes con su familia.

Bajo Biden y con la nueva legislación aprobada, los Estados Unidos recuperan su posición como facilitadores de situaciones migratorias/ Imagen de Getty Images
Las legislaciones aprobadas por la Cámara de Representantes el 18 de marzo y retos futuros
En junio de 2020, al mismo tiempo que era confirmado como candidato presidencial del Partido Demócrata, Joe Biden publicó un tweet afirmando que si fuera elegido como presidente, mandaría una reforma al Congreso que proveería un camino hacia la ciudadanía para alrededor de 11 millones migrantes que actualmente se encuentran de viviendo de manera ilegal en los Estados Unidos.
Este conjunto de medidas programáticas fue enviado por Biden a la Cámara de Representantes durante su primer día como presidente y desde entonces ha sido trabajado por el bloque de legisladores demócratas bajo el nombre de “U.S. Citizenship Act 2021” (Ley de Ciudadanía Estadounidense 2021), los ejes principales de este proyecto de ley eran tres: (1) proveer a los inmigrantes diferentes caminos para acceder a la ciudadanía y mejorar las protecciones laborales brindad; (2) priorizar un control fronterizo inteligente y por último; (3) atajar las causas de la migración en los países de origen.
El pasado 18 de febrero, una vez que la propuesta legislativa fue introducida al pleno de la Cámara por la de representante Linda Sánchez, hubieron pocos puntos en los que los representantes de ambos partidos pudieran ponerse fácilmente de acuerdo. Finalmente, la solución convenida por la mayoría de los representantes en la Cámara fue dividir la propuesta legislativa en dos proyectos diferentes, que aunque menos amplios en cantidad de posibles beneficiarios atajaban en el fondo la misma problemática.
Las dos propuestas legislativas discutidas y posteriormente aprobadas por la Cámara fueron la American Dream and Promise Act (Ley del Sueño y Promesa Americana) y la Farm Workforce Modernization Act (Ley de Modernización de la Mano de Obra Agrícola). Las legislaciones serían aprobadas por votos de 228-197 y 247-174 respectivamente.
La Ley del Sueño y Promesa Americana ataja la situación de los denominados dreamers, intensamente atacados e ignorados durante el gobierno de Trump. Los dreamers son jóvenes que llegaron de manera ilegal a los Estados Unidos durante su infancia. Este grupo de migrantes que previamente tenía protección a través del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en Inglés) quedaron desprotegidos por las acciones que el gobierno de Trump había efectuado en contra de DACA.
Con la nueva ley se estima que los beneficiarios ascenderán a más de 2 millones de jóvenes inmigrantes estadounidenses. Por otra parte, la Ley de Modernización de la Mano de Obra Agrícola provee un camino a la ciudadanía para alrededor de 1 millón de empleados del campo, más de la mitad de los trabajadores en ese gremio según estimaciones del mismo gobierno estadounidense.
Las leyes aprobadas por el Congreso, complementadas con órdenes ejecutivas que desarticularon acciones de gobiernos pasados, aunadas a la restitución de programas como CAM deja en evidencia la voluntad del gobierno estadounidense por ejecutar una solución multilateral a la problemática migratoria, queda pendiente llegar a un acuerdo con el gobierno mexicano para alejarse del enfoque militarizado y virar hacia una solución multilateral que termine por representar los valores que el gobierno de Biden pretende enarbolar en materia migratoria. Es fundamental recalcar que las legislaciones aprobadas por la Cámara de Representantes y las medidas tomadas hasta el momento no bastarán por si mismas para resolver la inmigración ilegal en los Estados Unidos, pero supone un paso en la dirección correcta.
Al darse a conocer la noticia de la Cámara de Representantes, las reacciones de los altos miembros del gobierno estadounidense no se hicieron esperar. Por un lado, el Presidente Joe Biden afirmó que se trataba del “primer paso crítico” hacia una revisión comprensiva de las leyes migratorias que su gobierno está tratando de llevar a cabo. Por otro lado, la Vicepresidenta Kamala Harris ha hecho público su agradecimiento a través de su cuenta de Twitter a la Cámara de Representantes por aprobar ambos proyectos legislativos reconociendo la importancia que tanto los dreamers como trabajadores del campo tienen para los Estados Unidos.
De momento, el gobierno de Biden han cumplido su promesa para 3 de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que residen en los Estados Unidos y aunque todavía está por verse si cumple su promesa en totalidad, otro frente importante ya se vislumbra en el mismo ámbito migratorio dado que se está acumulando presión para que su gobierno sea más eficiente gestionando la acogida de migrantes en su frontera sur en lo que varios sectores de los medios de comunicación estadounidenses ya denominan “una crisis en la frontera”.