En el 2019 Rolls-Royce tomó la decisión de desertar el proyecto del UltraFan, un motor que sería colocado en el nuevo avión de Boeing. Las causas fueron los muchos problemas con los que ya contaba la empresa, sumado al tiempo de entrega que marcó la empresa de aviones, el cual causaría que el motor no tuviera las suficientes pruebas de madurez y podría no ser cien por ciento confiable para volar.

Ese mismo año resultó tampoco ser el mejor para Boeing, ya que ocurrió el segundo accidente del MAX, seguido por la pandemia por COVID-19 en el 2020. Dichos acontecimientos paralizaron el proyecto de la nueva aeronave denominada NMA.

A pesar de haberse retirado del proyecto, Rolls-Royce decidió continuar con la fabricación del UltraFan, el cual ha avanzado sustancialmente el último par de años. Ahora la empresa podrá aprovechar el retraso del avión para convencer a Boeing de utilizar su motor para la aeronave.

El NMA (Nuevo Avión Mediano), también conocido como Boeing 797, sustituirá al Boeing 757 y competirá con el Airbus A321XLR. Tendrá un nuevo diseño de doble pasillo y espacio para 220-270 asientos. Estará por debajo del 787 y un poco por encima del 737-10. Por el momento, y con los avances mostrados, muy probablemente el UltraFan sea el gran elegido para hacer volar al NMA y posiblemente, si se adapta a otros tamaños, podría ser colocado en aviones un poco más pequeños.