
Fuente: AP
Coyote Global
Represión policial en Myanmar deja al menos 18 muertos y 30 personas heridas
Nicole Huerta Herbosch
01/Marzo/2021
A un mes del Golpe de Estado en Myanmar, el domingo 28 de febrero, las fuerzas de seguridad intensificaron su represión e hicieron uso de fuerza letal en contra de los manifestantes que exigen la liberación de Aang Suu Kyi. El ejército abrió fuego en contra de ellos, dejando al menos 18 personas sin vida y treinta de personas heridas.
Hoy 1 de marzo es el día más mortífero desde que los militares tomaron el poder el pasado 1 de febrero, deteniendo a la líder civil Aung San Suu Kyi y declarando el estado de emergencia. Las manifestaciones han sido continuas durante todo el mes de febrero porque los ciudadanos siguen protestando por la liberación de Suu Kyi. Sin embargo, el día de ayer el ejército usó gases lacrimógenos, granadas aturdidoras, balas de goma y munición real, convirtiendo a la ciudad de Yangon y otras ciudades de todo el país en campos de batalla. Según los reportes, la represión a las protestas contra el golpe de Estado en Myanmar se han intensificado en los últimos días en ciudades como Yangon, Daiwei, Mandalay y Bago.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó la "escalada de violencia" y pidió al ejército que dejara de usar la fuerza contra los manifestantes. Asimismo alertó que no existe justificación alguna para que las autoridades hagan uso de la fuerza letal para controlar a los manifestantes. Además, propuso que los países podrían constituir un embargo global sobre la venta de armas a Myanmar. Sin embargo, cualquier tipo de medidas coordinadas sería difícil de implementar, ya que dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, China y Rusia, las vetarían casi con certeza por oponerse a la injerencia en los asuntos internos de otros países.
La violencia del domingo marca una escalada de violencia significativa, particularmente en Yangon, ya que los manifestantes fueron severamente perseguidos mientras intentaban reunirse en su lugar de reunión habitual en la intersección del Centro Hiedan. Confirmar la muerte de los manifestantes ha sido difícil por la falta de noticias de fuentes oficiales especialmente en áreas fuera de Yangon, Mandalay y Naypyidaw. Pero en muchos casos, existen pruebas publicadas en línea como videos de tiroteos, fotos de casquillos de bala recolectados y fotos de cadáveres que han permitido que se tenga un aproximado de las muertes.

Barricadas contra la represión en Myanmar/ Fuente: AP
El golpe de estado revirtió años de lento progreso hacia la democracia en Myanmar tras cinco décadas de gobierno militar. El mismo día en que se suponía que tomaría posesión Aung San Suu Kyi, fue detenida junto con el presidente Win Myint y otros altos funcionarios.
Desde la toma de posesión, ha ido creciendo un movimiento de protestas en ciudades de todo el país, y la respuesta de la junta se ha vuelto cada vez más violenta. Cualquiera de los informes convertiría lo sucedido ayer, en el número de muertos más alto en un solo día desde la toma de posesión militar. Asimismo, el ejército también ha realizado arrestos masivos. La Asociación de Asistencia para Presos Políticos, informó que hasta 1.000 personas fueron detenidas el domingo; entre ellos varios periodistas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Myanmar declaró que “está ejerciendo la máxima moderación para evitar el uso de la fuerza en la gestión sistemática de las protestas violentas, de acuerdo con las leyes nacionales e internacionales en para mantener un mínimo de bajas”.
Varios países se sumaron a condenar enérgicamente el uso indiscriminado de la fuerza contra manifestantes pacíficos en Myanmar. En Estados Unidos, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, emitió un comunicado en el que dijo que Estados Unidos está "alarmado" por la violencia y se solidariza con el pueblo de Myanmar, el cual sigue expresando valientemente sus aspiraciones de democracia, estado de derecho y respeto por los derechos humanos. Asimismo, dijo que Estados Unidos estaba "preparando acciones adicionales para imponer mayores costos a los responsables de este último estallido de violencia y el reciente golpe".
Myanmar es escenario de una oleada de manifestaciones a favor de la democracia y de una campaña de desobediencia civil desde el golpe de Estado militar que derrocó al gobierno civil dirigido por Aung San Suu Kyi. A pesar de las severas represiones y persecuciones por parte del ejército los manifestantes han vuelto a protestar a pesar de la violencia de ayer.