
MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey) en tiempos de Covid / Foto: MARCO
Cultura
Reflexiones presente-futuro: Necesitamos museos o no
Brenda Ileana Uribe
19/Febrero/2021
Incluso con un amigable #QuédateEnCasa, se ponen en evidencia problemas estructurales no sólo del sistema de salud pública. La cultura, entendida como una respuesta y manifestación social, no está exenta de estas problemáticas.
Desde hace algunos meses atrás, el mundo ha experimentado una contingencia sanitaria para evitar más contagios por Covid-19. Han pasado dos meses desde que este virus se hizo presente en la región latinoamericana, por lo que el confinamiento también se volvió una realidad para nosotros. México no es la excepción, pues incluso con un amigable “#QuédateEnCasa”, se ponen en evidencia problemas estructurales no sólo del sistema de salud pública, sino de tintes económicos, sociales y políticos. La cultura, entendida como una respuesta y manifestación social, no está exenta de estas problemáticas.
Por un lado, está la cuestión de los trabajadores del sector cultural. El gobierno de México ha reiterado el apoyo a este grupo manteniendo el pago a quienes tenían programadas sus actividades entre los meses de abril y mayo; sin embargo, la cuarentena se extendió hasta junio. Hasta el momento, la Secretaría de Cultura no ha informado sobre el protocolo que se llevará a cabo en cuanto a las nuevas fechas de la contingencia, aunque sí ha aplazado o pospuesto convocatorias de sus diferentes instituciones.
Por el otro , a finales de marzo de 2020, se anunció el cierre de espacios culturales en todo el país, trasladando así sus contenidos y actividades a redes sociales o a sus sitios web oficiales. En ese sentido surgen reflexiones sobre cuál es el papel de estos sitios culturales dentro de la cotidianidad sociopolítica y de qué forma la cultura puede hacerse presente en el contexto del aislamiento social. Una de las principales tareas de la mediación educativa en museos así como recintos culturales es generar comunidad apelando a la empatía y el desarrollo socioemocional de los visitantes.
En algunos casos se hace más obvia la parte política que atañe a la cultura, como por ejemplo en los museos de memoria. En ese sentido surge la pregunta por la labor y el posicionamiento de los espacios culturales en medio de una contingencia sanitaria. El resultado al que la cultura, como manifestación social, le apuesta no ha traído resultados gratificantes, pues en medio de una crisis de salud.
Se han presentado casos, vía testimonios en redes sociales y en medios de comunicación, sobre ataques con cloro y agua hirviendo a personal del sector salud. Y, si bien los recintos culturales no son los encargados –o al menos no deberían serlo– de decir qué es lo bueno y qué lo malo, sí se deben poner como ejes conductores de su mediación las reflexiones sobre el otro, la empatía y la comunidad.

Sana distancia / Foto: Facebook CCU Tlatelolco
Para finales del 2020, con el regreso a semáforo rojo de varias entidades, como la Ciudad de México, el futuro para algunos museos y algunos recintos culturales, tanto de la iniciativa pública como privada, ya no es únicamente incierto sino desolador también, pues se cuestiona su cierre definitivo.
Iniciativas como “Creando memorias desde lo contemporáneo” del Museo Marco (Museo de Arte Contemporáneo), en Monterrey, que, mediante propuestas escritas, fotográficas, de danza y música pretenden recuperar la experiencia del confinamiento, sugieren un vínculo más estrecho y más humano con la sociedad. Pero cuando todo regrese a la “normalidad” ¿qué reflexiones en torno a la comunidad y a la empatía y reconocimiento del Otro van a presentarse en los museos y recintos culturales, a través de las artes, la memoria y la historia?
Si bien es preocupante el futuro incierto sobre la cultura como Institución, es aún más trascendental pensar como sociedad, y como gestores y gestoras culturales, sobre el porvenir de la cultura, los espacios culturales y la mediación educativa. ¿Qué nuevos retos se presentan para este sector? Tenemos presentes al menos 3 puntos importantes:
1) Debemos dejar de entender ya a la cultura como puro entretenimiento social
2) Compartir vía internet los contenidos académicos y museográficos de los museos no hace completa la experiencia como visitante, pues, de entrada, no todos tienen acceso a las tecnologías.
3) Hay que salir de la idea utópica de la comunidad, pues no nos encontramos ahora mismo con una comunidad que excluye. Entonces en medio de una pandemia, de nuestra finitud como seres humanos, y de la experiencia del aislamiento social: ¿cultura y museos para qué?
Hay que pensarnos muy bien cómo queremos entender nuestra nueva realidad, que está por venir.