Es difícil definir a Cave en un género, pues su música pasa por el post punk, el garage, el gótico, el cabaret gótico y hasta el blues. Sus letras transitan por los senderos de la oscuridad más abyecta y sórdida, pasando por el erotismo, lo violento y hasta por un manifiesto contestatario casi etéreo y la luminosidad de su armonía, maestro de convertir la tiniebla en refulgente melodía con su voz baja y sus ínfulas de vampiro urbano, elegante pero misterioso.

Nick Cave perdió su gira para continuar con la promoción de su disco Ghosteen debido a la pandemia, pero la genialidad es una energía que no conoce de confinamientos, ni de distanciamiento social y durante la contingencia se dedicó a confeccionar junto con su viejo cómplice, el compositor y multiinstrumentista nativo de Essex, Warren Ellis, con hilo de oro su fórmula personal con la que pretende exorcizar la pandemia: Carnage (Masacre, carnicería). Un disco que inesperado como un ángel que entra volando por la ventana y que encerrara a Cave y Ellis en una vorágine creativa de dos días y medio para alumbrar ocho canciones in tenebris pero esperanzadoras y llenas de serenidad y furia, para Cave “un disco brutal, pero hermoso, anidado en una catástrofe colectiva”.

Aunque ambos músicos tienen una larga historia de colaboraciones desde Nick Cave and The Bad Seeds, hasta la producción del disco que se avecina de Marianne Faithful “She Walks In Beauty”, esta es la primera vez que se reúnen a trabajar como duo en un álbum.

El oriundo de Warraknabeal en su blog “The Red Hand Files” respondió a uno de sus fan a la pregunta “¿Cómo va tu encierro?” – “Como os prometí en mi última publicación, entré al estudio junto a Warren para crear un álbum. Se titulará ‘CARNAGE''' sorprendiendo a todos este jueves.

Cave no se queda de brazos cruzados y aprovechó el confinamiento para reponerse por la muerte de su hijo y transmitir un hermoso concierto de piano como de conjurar los demonios que asolan al mundo entero con una obra de arte.