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Bienestar

Lo bueno de la incomodidad

Andrea Mújica

27 de Julio de 2021

La incomodidad es una emoción que puede llegar a ser bastante displacentera y a nadie o casi nadie le gusta sentirse de esa forma, siempre buscamos sentirnos lo más cómodos posibles. Entonces ¿qué cosas buenas nos podría traer la incomodidad?

Primero es importante aclarar que, la mayoría de las veces, las situaciones o las personas no son incómodas por sí solas, la incomodidad viene de nuestra propia experiencia personal y somos nosotros quienes nos sentimos incómodos ante ciertos eventos o individuos. Cuando vemos la incomodidad de esta forma, podemos dejar de buscar las respuestas en el exterior y empezar a buscarlas en el interior, para después preguntarnos ¿por qué me estoy sintiendo así y que puedo hacer con ello?

Si algo te incomoda es por una razón y debes escuchar lo que pasa, debes escucharte. Por ejemplo: si te pones una blusa y de repente te empieza a picar la etiqueta, eso te incomoda y haces algo para que te deje de picar. Pero claro, hay situaciones que no son tan sencillas como cortar la etiqueta de la ropa.

A veces nos encontramos en situaciones incómodas de las que no podemos escapar tan fácilmente y puede ser que nos sintamos frustrados, tristes o enojados al sentir que no podemos hacer absolutamente nada para regresar a un estado de comodidad; sin embargo, la incomodad está ahí para darnos un mensaje muy importante: Ahora tenemos un espacio para crecer, cambiar o mejorar.

La incomodidad puede ser uno de los primeros pasos para cualquier cambio, pues si siempre nos encontramos en nuestra zona de confort, en realidad no nos estamos moviendo, no nos estamos transformando, no estamos aprendiendo y no estamos cambiando nuestra perspectiva. Si nada te incomoda, entonces no estás viviendo.

Algo muy importante que debemos reconocer es que sentirnos incómodos puede salvarnos de muchas situaciones. A veces el problema es que aguantamos la incomodidad por comodidad, es decir, podemos soportar situaciones que no nos gustan por no incomodar al otro, porque nos parece aún más incómodo entrar en algún conflicto, porque no queremos cambiar esa situación realmente o por cualquier otra razón. En este tipo de situaciones lo que podríamos hacer es pensar en que es lo mejor y más sano para nosotros.

Ahora, en realidad puede sonar bastante sensato que el ser humano siempre busque la comodidad, porque es algo que nos hace sentir en control, bien, seguros, tranquilos o incluso felices. Pero hay que hacer una pregunta muy importante: ¿qué tan buena es la comodidad y qué tan mala es la incomodidad?

La respuesta a la pregunta anterior es que nada es tan bueno ni nada es tan malo, no podemos ver esto en extremos, simplemente tenemos que encontrar un balance entre la comodidad y la incomodidad de manera que podamos sobrellevar de forma sana cada una.




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