
Heridas de la infancia./ Imágen de Bioguia
Bienestar
Las 5 heridas de la infancia: Identifica la tuya
Mariel Cruz
26/Marzo/2021
La infancia resulta ser una etapa crucial para el desarrollo psicológico de los individuos.
Los recuerdos, eventos y traumas que vivimos están cargados de energía emocional y afectiva, que con el paso del tiempo se verán manifestados en nuestra adultez, principalmente en la formación de nuestra personalidad, es por esto que es importante identificar y trabajar en estas heridas para lograr sanar.
En su libro “Transforma las heridas de tu infancia”, la psicoterapeuta Anamar Orihuela nos da un recorrido sobre las heridas en la infancia, la solución a cada una de ellas y el efecto que tienen a nivel psíquico en nosotros, pero...¿Por qué es tan importante sanar estas heridas? La respuesta es por que al trabajarlas les quitamos poder para que continúen controlando nuestra vida adulta, ya que en ocasiones se encuentran tan interiorizadas que actuamos de manera inconsciente, ocasionando que tengamos conductas o patrones repetitivos.

Niño interior/ Imágen de La mente es maravillosa
Las heridas de la infancia son las siguientes:
1.-Rechazo: Esta herida surge cuando los padres reciben la noticia de su paternidad, viene acompañado
de sentimientos de hostilidad y rechazo. Los padres tienden a ser ausentes y sobreprotectores. El niño no
cree en su derecho a existir y percibe un entorno no amoroso. Algunas de las manifestaciones en la
adultez es el miedo al rechazo, la incapacidad para enfrentar la vida, tendencia a elegir rechazar antes de
ser rechazados y son personas profundas y racionales.
2.-Abandono: Esta herida se caracteriza por sentimientos de soledad y vacío en el niño. Los padres
marcan una ausencia en niveles físicos y emocionales, que se observan en acciones como la falta de
alimentación, protección, afecto, casa y estabilidad, sin embargo también se puede ver manifestado en
padres que no miran a sus hijos, no juegan con ellos o no establecen límites, no imponen y no ejercen su
autoridad.
Las manifestaciones en la adultez son sentimientos de tristeza, una tendencia a establecer relaciones de
apego y dependencia, son personas que complacen y desean cumplir con las expectativas de los demás.
3.-Humillación: Se da a partir de la humillación y la pena heredada por los otros miembros de la familia. El niño fue humillado por uno de sus padres por haber experimentado placer con sus sentidos. Las manifestaciones en la adultez son hábitos masoquistas en la personalidad, hay una tendencia al autocastigo, soportar relaciones de abuso, tienen hábitos autorestrictivos y una constante necesidad de castigo y sacrificio.
4.-Traición: Esta herida se caracteriza por sentimientos de dolor e incertidumbre por la pérdida de confianza a una persona, en la vida, en el entorno o en uno mismo porque las cosas no sucedieron como
se pensaba. Se crean defensas ante esta pérdida de confianza por lo que se ancla una tendencia por querer tener control sobre las personas o situaciones, les cuesta trabajo confiar en los demás y se piensa que cualquiera pudiera mentirle. Las manifestaciones en la adultez pueden observarse en la excesiva desconfianza, desea que sus expectativas sean cumplidas y no permite errores, no sabe lidiar con la frustración y hay estrés constante.
5.-Injusticia: Esta herida surge de la desprotección y desventaja. El niño experimenta un rechazo a la
realidad, a la autoridad y al abuso. Los padres se muestran excesivamente exigentes y no permiten a sus
hijos equivocarse. En la adultez se puede ver en personas rígidas que se molestan porque las personas
no son igual de productivos que ellos, suelen colocarse en extremos como lo bueno y lo malo, lo correcto
y lo incorrecto, tienen dificultad para adaptarse y ser espontáneos.
Toda herida conlleva un dolor y una manifestación en nuestra personalidad. Identificar y trabajar estas heridas puede ser una tarea difícil, puede tomar meses hacerlas visibles, sin embargo no es imposible. De nosotros depende la decisión de poder trabajar esas heridas con ayuda de la psicoterapia para permitirnos sanar. Recuerda que los eventos traumáticos, experiencias dolorosas y recuerdos desagradables no te definen, mereces sanar.