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Bennett y Netanyahu en una sesión de la Knésets Imagen de CNN

Política

La caída de Netanyahu: el “Golem” de la política israelí

Mauricio Vázquez Medellín

15 de Junio de 2021

La figura de Benjamin Netanyahu ha dominado la política israelí durante poco más de una década, nos adentramos en el proceso que conse

El pasado 30 de mayo se dio a conocer la noticia de que se había formado una coalición entre los diversos partidos de la Knéset, el órgano legislativo unicameral en Israel, con el propósito de superar a la bancada del Primer Ministro Benjamin Netanyahu y finalmente proponer un nuevo Primer Ministro después de dos años de impasse legislativo.

El día de ayer se hizo oficial la salida de Netanyahu, poniendo fin al liderazgo más largo en la historia de Israel, ante una coalición opositora que ha sido caracterizada como un “crisol legislativo” entre centristas y liberales, en la que incluso se especulaba tener el apoyo indirecto alguno de los partidos de la Lista Conjunta, bloque de partidos árabes en la Knéset.

El acuerdo para remover a Netanyahu fue votado durante el domingo en una cerrada votación entre los 120 integrantes de la Knéset con un resultado de 60-59 y una abstención. Estos abriría la puerta para que un nuevo Primer Ministro fuese elegido, y el sucesor de Netanyahu será Naftali Bennett, quien bajo el acuerdo de la coalición operará como Primer Ministro durante los dos primeros años del periodo para después cederle la estafeta al Secretario de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, otro de los arquitectos de la coalición opositora por el resto del periodo.

Los resultados de la votación terminan con más de dos años de incertidumbre política que se han vuelto más convulsos gracias a la pandemia de COVID y las crecientes hostilidades con Hamas por la ocupación israelí de territorio en Gaza y Cisjordania A lo largo de esos dos años – y con cuatro elecciones de por medio – ninguna facción parlamentaria había sido capaz de asegurar una mayoría que le permitiera conformar un gobierno, situación que obligaba al gobierno de turno continuar en funciones sin una mayoría legislativa que lo habilitaba para ejecutar un plan de gobierno.

El domingo pasado mujeres israelíes cargan una bandera mientras pasan una manta que denuncia a Netanyahu como criminal /Imagen de The Washington Post


Después de 12 años en el poder, Netanyahu es una figura polarizante: por una parte, su seguidores lo consideran un líder con presencia internacional que ha sido capaz de guiar a Israel a través de múltiples desafíos, mientras que sus críticos lo consideran un personaje con tendencias autocráticas que ha dividido a la sociedad israelí además de dudar su integridad y capacidad para continuar liderando al país ante las crecientes presiones de un juicio político.

Envuelto en acusaciones de corrupción y abuso de poder, Netanyahu ya no cuenta con el fuero que otorga su puesto como Primer Ministro y quedará expuesto ante intentos de sus rivales, ahora la coalición en el poder, de investigar su quehacer durante los 12 años que ocupó la oficina de Primer Ministro. Estas acusaciones, se sostienen después de que el Fiscal General Israelí Avichai Mandelblit sugiera en febrero de 2019 que el Primer Ministro fuese investigado por cargos de fraude y cohecho, las acusaciones le serían imputadas más tarde ese mismo año. Ahora, como líder de la oposición, Netanyahu no puede ser obligado a renunciar hasta que algún juez determine la naturaleza de las acusaciones que le son imputadas y hasta que la defensa del ahora ex Primer Ministro agote todos los posibles recursos de apelación.

El Presidente Electo Isaac Herzog (derecha) y su esposa Michal junto al ahora exprimer ministro Benjamin Netanyahu (izquierda). Fuente: Noam Moskovitz, The Jerusalem Post


Naftali Bennet, anteriormente un aliado de Netanyahu ha prometido sanar a la polarizada nación. A pesar de esto, el nuevo Primer Ministro cuenta con un historial que a priori no parece la mejor base para llevar a cabo la encomienda. Estudiando Derecho en la Universidad Hebrea de Jerusalén, empezaría su carrera profesional en la industria tecnológica, fundaría su propia empresa que posteriormente vendería por varios millones de dólares. Después de esto incursionará en la política ocupando múltiples puestos en gabinetes, sin embargo, esta exitosa trayectoria siempre fue de la mano de Netanyahu y sosteniendo un vehemente discurso anti-árabe.

De querer entregar sobre la promesa de sanar Israel Bennet deberá moderar la plataforma que ha tenido su partido “Yamina”, que consiguió 6 curules de los 120 en las últimas elecciones legislativas bajo una plataforma de derecha radical que a priori sólo agravaría las tensiones con la sociedad árabe en Israel y los grupos más radicales en Gaza y Cisjordania.

Adicionalmente, el nuevo gobierno de Bennett y compañía coincide con un cambio en la presidencia de Israel. Es importante notar que el presidente de Israel es una figura que opera a un nivel meramente protocolar y aunque sea el Jefe de Estado, delega todas las funciones ejecutivas al Primer Ministro de su elección, en este contexto Reuven Rivlin concluye su periodo de 7 años como presidente el próximo 9 de julio y será relevado por Isaac Herzog quien fuese escogido por la Knéset el pasado 2 de junio por un voto de 87 a 27 contra Miriam Peretz.

Por último, quedará por ver qué discurso provendrá del recién conformado gobierno, se espera que bajo el acuerdo de la coalición las partes más radicales moderen su discurso y puedan ejecutar un programa de gobierno que no necesariamente sea consistente con el discurso que varios de los miembros más prominentes de la coalición han afirmado.

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