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Coyote Verde, Opinión

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en México, Pt. 1

Jonathan Fletes

28/Julio/2020

El desarrollo sostenible es un modelo que conlleva un cambio de paradigma, hacia un desarrollo integral que garantice la inclusión y el bienestar social, la protección ambiental y el crecimiento económico.

¡Hola, mi estimada/o lector(a)!

Iniciamos nuestra quinta semana de publicaciones en El Coyote Informativo con toda la actitud y deseándote que tú y tu familia se encuentren bien.

Esta semana, te voy a seguir platicando acerca de este tema del #DesarrolloSostenible, ya que es un tema de suma importancia, que se debe difundir hasta hacerlo llegar a cada rincón del país y del mundo. ¿Por qué mi insistencia en esto? Porque este modelo de desarrollo sostenible se plantea como una alternativa al modelo convencional de desarrollo que conocemos de toda la vida, que se viene manejando desde hace siglos, que se ha reforzado con la industrialización de los países y la globalización. En ese sentido, propone un nuevo paradigma, que consiste en concebir el “desarrollo” como la conjunción de tres dimensiones: la ambiental, la social y la económica; es decir, con base en este modelo, el desarrollo es o será sostenible si y sólo si cumple con garantizar la protección del ambiente, la inclusión y el bienestar social y el crecimiento económico; de otra manera, no se le puede considerar sostenible.

Pero ¿quién decide qué es sostenible?, ¿no era desarrollo sustentable?, ¿a quién se le ocurrió esa brillante idea?, ¿eso cómo se come?, y ¿eso cómo existe aquí en México? Probablemente, todas esas preguntas vienen a tu mente ahora, así que permíteme explicarte bien de qué va todo eso.
El 25 de septiembre del 2015, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esta se plasmó en la resolución A/RES/70/1: “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, que se constituye como: “un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. También tiene por objeto fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad”, como se lee en el documento de la resolución.

Por ahí todavía persiste el debate de “que si es sustentable, que sí es sostenible”. Y es que, por ejemplo, en el inglés, sólo se tiene el término “sustainable”, y en francés, “durable”. Pero en español tenemos dos, que algunos usan de manera indistinta, aunque no ha de confundírseles. Por una parte, lo “sustentable” tiene que ver más bien con la tasa de utilización de los recursos; es decir, que los recursos naturales se extraigan del medio natural y se utilicen de manera tal que su reposición no se vea comprometida. De este modo, el manejo sustentable de los recursos naturales es cuando se extraen de manera racional, no se degrada la fuente de los recursos y se permite que estos se repongan de manera natural, sin perder calidad ni cantidad. De esto, se derivan conceptos como “desarrollo forestal sustentable” o “aprovechamiento sustentable de la vida silvestre”. Por otro lado, el concepto “sostenible” es mucho más amplio y mucho más integral, pues, como ya te lo mencionaba, se refiere a la integración de lo ambiental con lo económico y lo social. Así, pues, se utiliza para referirse a este nuevo modelo o paradigma de desarrollo, fundado sobre estos tres pilares.

El desarrollo sostenible se mencionó, por primera vez, en el Informe “Nuestro futuro común” o mejor conocido como el Informe Brundtland, publicado en 1987. Este fue un informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (World Commission on Environment and Development), en el que se reúnen diferentes estudios sobre el estado del medio ambiente, en relación con el desarrollo económico en todo el mundo. Derivado de este análisis, surgieron críticas al modelo de entonces y se emitieron propuestas de cooperación internacional, de acciones y de un nuevo entendimiento sobre la relación entre el ambiente y los esquemas de producción y consumo. Esto llevó al surgimiento del concepto, que ha ido creciendo en popularidad e incorporándose a las agendas políticas de los países.

Carátula del Informe “Nuestro futuro común”

Pero esto no sólo es competencia de los países, como algunos creen. Los Estados (países) miembro de las Naciones Unidas enviaron a sus mejores guerreros, pertenecientes a los diferentes sectores clave, como el público, el privado y la academia, a discutir sobre los avances en los Objetivos del Milenio (ODM), que fueron los predecesores de la Agenda 2030, y que estuvieron en vigor entre 2000 y 2015. A partir de la revisión de los logros de esos objetivos, se identificaron ciertas áreas de oportunidad, como:

- Hacer una nueva agenda universal, para todos: Los ODM iban dirigidos, principalmente, a los países en vías de desarrollo, por lo que se consideró que debía dirigirse a todos los países
- Plantear nuevos objetivos: Incorporar, en la nueva agenda global, otros temas prioritarios, que no habían sido contemplados por la primera, que comprendía sólo ocho
- Ir por el pez grande: La nueva agenda debería ir más allá que la anterior, debía ser más rigurosa y ambiciosa desde el planteamiento de los nuevos objetivos, apostar por metas más grandiosas, como PONER FIN al hambre y a la pobreza en todas sus formas, para 2030, entre otros
- Ser integral: Trazar una agenda que pusiera al centro del desarrollo a las personas, pero siempre en equilibrio con el ambiente y la prosperidad; que diera cuenta de la interrelación entre los objetivos, como la pobreza, las desigualdades y el hambre, por ejemplo; que considerara un enfoque de género, de interculturalidad y de derechos humanos en la implementación de la Agenda en los países

Todo eso, básicamente, es la esencia y alma de la Agenda 2030, lo que distingue a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que la componen, de los ODM.

Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

Entonces, como te decía, no es algo que competa únicamente a los gobiernos, sino que la Agenda 2030 es una hoja de ruta para todos los actores relevantes para impulsar el desarrollo sostenible; esto es, las empresas, las organizaciones de la sociedad civil, las universidades y los centros de investigación, y a los diferentes subgrupos de la población, como la población indígena, la comunidad LGBT+, las personas con discapacidad, los adultos mayores, niñas, niños y adolescentes, etc. ¡Todos tenemos lugar en esta nueva Agenda de desarrollo!

Y tú, ¿cómo contribuyes a lograr e impulsar el desarrollo sostenible en tu comunidad?

En la segunda parte de este artículo, te hablaré acerca de la presencia de la Agenda 2030 en México, para que sepas cómo el país avanza hacia un futuro incluyente y sostenible. ¡Espérala pronto!

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