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Terremoto. / Imagen de psc631798 disponible en Pixabay

Estilo de vida

Gracias, alerta sísmica

Ariel Miravete

01/Abril/2021

Sin duda la alerta sísmica puede causarnos mucho miedo, pero con todo y sus desperfectos, es una de las mejores herramientas de los últimos años para salvar vidas. ¿Cómo lo logra? Pues no sería posible sin el entendimiento de la física y ahora sabrás por qué.

La alta actividad sísmica de México ha sido motivo de preocupación general desde siempre, ya que las sacudidas telúricas pueden causar algunos daños materiales y pérdidas humanas. Aunque siempre se ha tenido la presencia de este tipo de movimientos, fue debido al sismo del 19 de septiembre de 1985 que surgió la urgencia por tener un sistema capaz de avisar con antelación sobre la llegada de los terremotos. El principal problema sobre esto es que es prácticamente imposible predecir cuándo ocurrirá un sismo (ya sé que hay personas que dicen que pueden, pero no pueden, suelen mentir para tratar de sacarte dinero, no te dejes).

Pero, si es imposible predecir cuándo temblará, ¿cómo funciona la alerta sísmica? Elemental, querida persona que lee este artículo: la clave está en la distancia desde el origen del sismo.

Verás: así como las cebollas, los ogros y el helado napolitano, nuestro planeta también tiene capas y estas son la corteza terrestre, manto y núcleo. Los sismos son causados debido a que toda la corteza terrestre está dividida en placas tectónicas que se mueven sobre el manto, el cual es un tanto viscoso. Cuando las placas se mueven sobre el manto, estas se rozan y producen una onda mecánica. El punto de origen de la onda mecánica se llama foco o hipocentro.

A partir del hipocentro, las ondas sísmicas se propagan a una velocidad máxima de 13 km/s y ahí es donde está el secreto de la alerta sísmica:
Supongamos que el foco de un sismo está en la desembocadura del río Balsas en la costa michoacana, la cual está a unos 500 kilómetros de la Ciudad de México, a esa onda sísmica le tomaría cerca de 40 segundos llegar a la ciudad. Si se coloca una estación de detección sísmica en ese sitio, puede emitir una alerta casi instantánea que dé algo de tiempo a las personas para evacuar una construcción.
El 19 de septiembre de 1985 ocurrió un sismo con origen en ese lugar de la costa michoacana. Si entonces hubiese existido un sistema de alerta sísmica, se habrían salvado muchas de las más de cuarenta mil vidas humanas que se perdieron ese día. Aunque a muchas personas nos genera pánico el sonido de la alerta, realmente es una gran ventaja tenerla.

Otra pregunta interesante sobre el sismo que ocurrió aquel día: si el origen del sismo fue en la costa michoacana y las ondas mecánicas pierden fuerza con la distancia, ¿por qué causó tantos estragos en la Ciudad de México? La respuesta a esta interrogante es que la Ciudad de México está construida sobre un antiguo lago del que hoy queda muy poco, lo que genera un suelo poco estable para enfrentar este tipo de movimientos (otra razón más para cuidar el agua, pero dejemos ese tema para otro día).

Ya que estamos hablando de sismos, aprovechemos la oportunidad para dejar claro que sismo, terratemblor y terremoto son sinónimos; algunas personas piensan que se llaman sismos cuando la intensidad es baja y terremotos cuando es alta, esto debido al impacto psicológico que las palabras nos generan.

También cabe aclarar que, aunque solemos escuchar que la magnitud de los sismos se mide en escala de Richter, esa escala tenía problemas para medir temblores de gran magnitud, por lo que actualmente los sismos se miden en la “escala de magnitud de momento”, esto se debe a que la escala Richter tiene limitaciones matemáticas cuando se tienen que calcular magnitudes grandes.

Debemos agradecer a los ingenieros que hicieron posible la existencia de las alertas sísmicas que sí, yo entiendo que su sonido asusta mucho e incluso se tienen casos reportados de personas que han tenido problemas cardíacos derivados de este; no obstante, los beneficios de contar con este sistema superan con creces sus riesgos y, gracias a esto, muchas vidas se salvaron en los temblores de septiembre del 2017.

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