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Piqué tratando de detener a Mbappé. / Imagen de El País

Deportes

Enésimo ridículo catalán en Champions

Fernando Roura

17/Febrero/2021

El FC Barcelona volvió a protagonizar otro tropiezo en Champions League y cayó contra el PSG en la ida de los octavos por un contundente 1-4. Mbappé estuvo sensacional con tres goles y los culés apenas generaron fútbol y fallaron demasiado en defensa.

A pesar de la inyección de moral que suponía la vuelta Gerard Piqué, el FC Barcelona se vio sorprendido por un París Saint-Germain que salió al Camp Nou a dominar. Los parisinos le compitieron la pelota al Barça en los primeros 20 minutos y a ratos incluso tuvieron más la posesión que los culés. Un dominio, no obstante, que fue algo estéril, ya que los parisinos solo se acercaron con peligro una vez en esos primeros 20'.

Mauro Icardi, en posición más que dudosa, tuvo una oportunidad clarísima tras un gran pase de Kylian Mbappé, pero le pegó flojo y mal y su tiro acabó siendo despejado por un defensa azulgrana. Antes de eso, Antoine Griezmann tuvo la primera llegada con peligro del choque, pero el francés no pudo superar a Keylor Navas tras una buenísima asistencia de Pedri.

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La cara de la derrota. / Imagen de Marca

El Barcelona estaba perdiendo a puntos con el PSG, pero a pesar de eso la suerte sonrió a los catalanes con un involuntario derribo de Kurzawa a Frenkie de Jong dentro del área. A pesar de las dudas y de las quejas de los futbolistas parisinos, el VAR no corrigió la decisión de Kuipers y Leo Messi transformó el penalti con un lanzamiento sensacional cerca de la escuadra.

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Contraste del partido. / Fuente: Diario As

El propio argentino 'regaló' el segundo a Ousmane Dembélé prácticamente después de anotar la pena máxima, pero el galo no acertó en la definición y perdonó contra Keylor. Ese error terminó costando muy caro al Barça, ya que solo tres minutos después, pasada la media hora, Mbappé aprovechó un buen pase de Verratti dentro del área para, tras una buena maniobra, ponerle en el primer palo lejos del alcance de Ter Stegen.

Tras el empate del crack francés, el choque volvió a sus inicios y los de Mauricio Pochettino volvieron a ser más que el Barcelona. A pesar de eso, antes del descanso llegaron ocasiones para ambos equipos. El tiro de Griezmann se fue fuera por muy poco, mientras que Kurzawa obligó a Ter Stegen a sacar una gran mano, e Icardi remató de cabeza desviado por apenas unos centímetros.

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Dest, la víctima de Mbappé. / Fuente: Marca

Ya en la segunda parte, el encuentro siguió la misma pauta en sus primeros minutos y fue el PSG quien más cerca estuvo del gol. En el 50, un disparo potente de Kean tras una buena dejada de Icardi tropezó en Alba y complicó la vida del portero azulgrana, que estuvo sensacional y despejó el balón como pudo. Los franceses estaban crecidos y Mbappé se estaba gustando, y estaba siendo una pesadilla para la zaga barcelonista.

Poco a poco, el Barça se fue quitando la presión de encima e incluso se pidió otro penalti por mano de Kean, pero tanto el colegiado como el VAR pensaron que fue involuntaria. Pero cuando los culés parecían estar yendo a más, el PSG volvió a la carga y aprovechó un gran pase al hueco de Paredes a Florenzi para marcar el segundo. Mbappé aprovechó el mal despeje de Piqué tras el centro del italiano y adelantó a los suyos haciendo aún mejor su ya de por sí buenísima actuación.

El propio Kylian, que retrató a Dest durante toda la noche, volvió a sentar al norteamericano y buscó su 'hat-trick', aunque esta vez Ter Stegen se la sacó de forma magistral. Pero los parisinos olieron sangre en el Barcelona y en el 70, solo tres minutos después del 1-2, Kean aprovechó un gran centro de Paredes a balón parado para cabecear al fondo de las mallas completamente solo.

La diana del italiano dejó a los azulgrana en una posición extremadamente delicada y los de Koeman tuvieron que ir a por un gol más pensando ya en la vuelta. Los catalanes lo intentaron, pero estuvieron tremendamente espesos a la hora de generar fútbol. Con Messi a un nivel terrenal y con los galos bien encerrados atrás, el Barça apenas inquietó a los parisinos, más allá de un absurdo regalo de Keylor a Griezmann que estuvo a punto de convertirse en el 2-3.

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