
Trabajo informal. / Imagen de Yo fluyo News
Nacional
El empleo informal como oportunidad o amenaza para México
Sebastián Preciado
15/Marzo//2021
Empoderar al 40% de jóvenes latinoamericanos que no trabajan en empleos formales, no cursan estudios y no siguen una formación podría activar nuevos motores de crecimiento, afirma la última edición de las Perspectivas Económicas de América Latina- dice la OECD.
El futuro de la economía del país podría depender del sector no formal como un apoyo y motor de crecimiento, y en este caso, el sector de los jóvenes. “Los adultos jóvenes representan una cuarta parte de la población en América Latina. La capacidad de aprovechar este importante dividendo demográfico de 163 millones de personas de entre 15 y 29 años será crucial”, comentó la Directora de Gabinete del Secretario General de la OCDE y Sherpa ante el G-20, Gabriela Ramos, con motivo de la presentación del informe Perspectivas Económicas de América Latina 2017 durante la 25ª Cumbre Iberoamericana en Cartagena de Indias.
“Ayudar a todos los jóvenes de la región, y en especial a las mujeres, a realizar su potencial es la mejor inversión para el futuro de América Latina. En un contexto de aumento de la escolarización, empoderar a los jóvenes, vinculando simultáneamente su talento con las demandas y las estructuras del mercado de trabajo, es un modo inteligente de crear un crecimiento inclusivo, reducir desigualdades y aumentar la productividad de los países”.
El informe señala cómo las condiciones sociales, étnicas, de género y geográficas ejercen gran influencia en la trayectoria profesional de las personas. Casi 30 millones de jóvenes de la región de ALC no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación. Ellos representan el 21% de los jóvenes de la región, en comparación con el 15% en los países de la OCDE. Otro 19% de los jóvenes trabajan en empleos informales.
Las mujeres se ven particularmente perjudicadas, pues representan el 76% de quienes no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación, en parte porque se dedican a tareas en el hogar no remuneradas.
Al menos 6 de cada 10 jóvenes que viven en hogares pobres no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación o trabajan en el sector informal de la economía, y 4 de cada 10 jóvenes que viven en hogares vulnerables de clase media no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación o están en el empleo informal. Esto contrasta con el caso de los hogares de clase media, en los que sólo 2 de cada 10 jóvenes se encuentran en esta situación.

Jóvenes en una escuela de México. / Fuente: Infoans.org
Lo que estas cifras de la OECD nos demuestran es que, a parte de la cantidad de fuerza productiva que no se está viendo aprovechada en México, la cantidad de jóvenes que no están siendo educados y capacitados para diferentes tipos de trabajos es algo que podría cambiar y convertirse en una ventaja económica en México.
Si la economía se estabiliza al igual que la política, se abrirá pasa a que la inversión extranjera se incentive a invertir en México, lo que abrirá oportunidades de diferentes trabajos aquí en México, los que fácilmente se podrían elaborar por los jóvenes al ser más enérgicos y activos que los adultos en necesidad de empleos.
La capacitación de estos jóvenes podría ser una inversión en sus vidas laborales y podría convertirse en la posibilidad de crecer como trabajadores dentro de una corporación, lo que les daría oportunidad de mejores trabajos y más remunerados.
Para esto se recomienda invertir en reconocer a los estudiantes de más bajo rendimiento y supervisar su traspaso al nivel de educación superior y fortalecer la educación y formación técnica.
Nuestro sistema educativo debe de cambiar la manera en la que se da preferencia a los estudiantes de calificaciones más altas y capacitar a los profesores para adecuarse a todo tipo de estudiantes, ya que como es recientemente sabido que todos los seres humanos tienen diferentes métodos de aprendizaje.