¿A qué se debe esto? En parte, esta nueva ola de violencia es consecuencia del descontento de la comunidad protestante con el protocolo para Irlanda del Norte del acuerdo del Brexit, que impone controles comerciales fronterizos entre esa región, integrada en el mercado único comunitario, y el resto del Reino Unido, lo que perciben como una amenaza a la integridad territorial.

El problema del Brexit es un laberinto creado por el primer ministro británico, Boris Johnson, criticado estos días porque no ha visitado aún Irlanda del Norte.

La mayoría de los problemas se han producido en una serie de zonas predominantemente unionistas o lealistas. Esto se debe por los acuerdos comerciales de Irlanda del Norte tras el Brexit en el marco del Protocolo sobre Irlanda del Norte.

Los partidos unionistas han estado pidiendo su eliminación, ya que dicen que impone una frontera económica entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.

En algunas partes de Irlanda del Norte han aparecido carteles amenazantes en contra del protocolo.

Para los unionistas, dicho protocolo ha socavado el lugar de Irlanda del Norte en la Unión y su sentido de identidad unionista.

¿Qué se está haciendo para combatir este problema? El domingo 11 de abril el Reino Unido y la Unión Europea avanzaron en las conversaciones sobre cómo aplicar las normas comerciales posteriores al Brexit en Irlanda del Norte, lo que hace esperar un acuerdo que podría ayudar a reducir las tensiones que han desbordado la violencia en las calles de Belfast.

Funcionarios de ambas partes dijeron que los últimos días de intensos contactos habían dado motivos para ser optimistas en cuanto a que el Reino Unido y la UE puedan elaborar un "plan de trabajo" sobre cómo aplicar el protocolo de Irlanda del Norte, que establece las condiciones posteriores al Brexit para el flujo de mercancías entre la región y Gran Bretaña.