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Nacional, Opinión

Carta de un joven para un joven

Ángel Enrique Dupuy

24/Septiembre/2020

¡Jóvenes desde Tijuana hasta Cozumel! México nos necesita y nosotros seremos los salvadores de la mala política que nos rodea en 2020. Las palabras, las redes sociales, la escritura y las ideas del progreso son nuestras armas.

Nosotros los jóvenes hemos dejado de ser el futuro, tal concepción que hace 5 años se tenía de la generación y, millennial o centennial ya no es más que un pasado histórico. El bono demográfico se está estancando y, de ahora en adelante, los jóvenes somos quienes guiaremos a México.

Hace algunos meses, cuando uno salía de viaje veía cómo los chinelos bailaban al son de la música en Tepoztlán o se esperaba el inicio de una nueva Guelaguetza; sin embargo, hoy en día lo que más observamos son ambulancias al sonido de las sirenas que anuncian a un probable caso de COVID-19 o inclusive a personas mayores vendiendo en la calle para poder sobrevivir.

Tal es el caso de Verónica, una mujer septuagenaria de la ciudad capital de Cuernavaca, en el estado de Morelos, que se quedó sin recursos por la pandemia y ahora sobrevive con un refresco de cola de 600 ml al día y de reciclar las botellas de PET que encuentra en los botes de basura de un fraccionamiento de clase media-alta. En viva voz, ella me comentó que hay días que no tiene ni treinta pesos para comer tacos en la esquina. Lo que hace es que se compra un refresco que le “infle el intestino” para no sentir hambre.

Casos como el de Verónica hay muchos en una ciudad en donde el gobernador prefiere poner anuncios en el famoso “Paso Express Cuernavaca-Acapulco” con vistas a que la gente vea que en el estado se está combatiendo la corrupción mas no en donde se esté ayudando a la gente de escasos recursos a vivir dignamente.

Difícilmente los legisladores que hoy están en el Congreso de la Unión podrán cambiar la vida de 56 millones de mexicanos que viven en la pobreza patrimonial o alimentaria, ya que para ellos es más importante en este momento legislar en pro de continuar con los proyectos base del presidente Andrés Manuel López Obrador o tratar de velar porque los burócratas en el gobierno ganen menor o igual que el ejecutivo. Ahora, ¿la oposición lo hará? Tampoco, dado que en estos momentos importa más obtener recursos para ganar más curules en los congresos locales y en San Lázaro; además de municipios y estados en junio de 2021.

¿FRENAA lo logrará? Menos, su líder Gilberto Lozano lo que quiere es quitar a AMLO de la silla presidencial, pero ni siquiera quiere regalarle las casas de campaña que su colectivo no usa a las personas en situación de calle. En fin, la hipocresía.

Pero, ¿quiénes sí podemos hacer un cambio? Sí, ¡los jóvenes! En México hay alrededor de 30 millones de jóvenes, entre los 18 y 30 años de edad, que podrán votar en 2021 para quitar a las personas que no han hecho su trabajo en el legislativo, en los cabildos, consejos, municipios y estados.

¡Sí! Existe la reelección, pero tenemos que ser conscientes y solo dársela a la persona que en verdad estuvo en campo, no encerrado en su casa “legislando” y sin darse vuelta alguna a sus distritos para ver las necesidades de sus representados. Hay diputados que ni siquiera pueden ser contactados porque no tienen módulos de atención y en sus redes sociales contestan años luz después de que uno les manda un mensaje.

Esa es la realidad de nuestro país, nuestro hermoso México y es tiempo de cambiar a los dinosaurios que están desde el sexenio de Luis Echeverría Álvarez al mando del partido oficialista. Nos podemos esperar a junio de 2021 para hacer el cambio en las urnas o podemos empezar de una vez por todas en asociaciones civiles, organizaciones de la sociedad civil o si están en los partidos políticos existentes.

¿Cómo? Fortalezcan las bases ideológicas del partido dependiendo la historia moderna de México, no que estas se queden en las bases de 1929, 1939, 1986, 1989, 1990, 1998 o de 2014. La historia está en constante cambio y existen dos mundos, el primero, en donde el partido se queda estático y se enajena solo o, el segundo, en donde el partido o movimiento acepta que existen áreas de oportunidad que pueden ser aprovechadas para ganar más simpatizantes y militantes.

Además, fortalezcamos la paridad de género y no permitamos que el progreso, es decir, el cambio positivo que se ha hecho en la política mexicana se vaya para abajo solo por el interés de una élite o por conservadores que se quedaron en los siglos pasados. Desde 1953 con la reforma electoral en el sexenio de Ruiz Cortines para que se permitiera el voto femenino, los colectivos feministas no han dejado de luchar a capa y espada porque sean respetados sus derechos y es, gracias a tal revolución en las calles, que ellas han conseguido sus objetivos.

Los partidos políticos deben cambiar sus estatutos urgentemente para que no exista apatía política en los jóvenes. Ellos mismos se causan el perder las elecciones, nadie más es el culpable. La juventud se harta de lo estático, de lo viejo y lo conservador, pero la mayoría estará a favor de liberalizar la democracia, cambiar las ideas retrógradas y apoyar el debate público.

Partidos políticos, no desaprovechen a sus bases juveniles, ellos harán el partido que ustedes dejarán en un futuro. Organizaciones de la sociedad civil y asociaciones civiles, ustedes pueden llegar muy lejos y ser reconocidas tanto nacional como internacionalmente si se lo proponen, pero para lograr ello será necesario trabajar en equipo y velar por el liderazgo juvenil.

Como bien lo decía Amado Nervo: “al final de mi rudo camino, yo fui el arquitecto de mi propio destino”. La era moderna es de los jóvenes y amante del cambio, nunca adversa a la libertad. ¡Jóvenes! La unión hace un mejor México, una mejor ciudadanía y una mejor política. Sus armas son la palabra, las redes sociales, la escritura y sus ideas, nunca dejen que nadie les diga que no se puede cambiar la política porque claro que es posible.

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