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¿Podrían destituir a Trump de la silla presidencial a días de abandonar la Casa Blanca?
Alexandra López-Sánchez
9/Enero/2021
Un intento desesperado por quitar a un hombre tan volátil de la silla, pero el daño ya está hecho.
A catorce días de que Donald Trump abandone la Casa Blanca, el presidente decidió incitar a sus seguidores a tomar por asalto el Capitolio. Dicho acto fue tomado como un esfuerzo desesperado por parte de Trump para prevenir la ratificación de la victoria electoral de Joe Biden. El evento es reconocido como el mayor asalto a la democracia moderna de Estados Unidos, por lo que varios políticos estadounidenses están pidiendo tomar medidas extraordinarias.
Dentro de estos se encuentran varias figuras clave dentro del Congreso como la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, y el senador Chuck Schumer. Ambos han incitado al vicepresidente Mike Pence y al gabinete de Trump a destituir inmediatamente al presidente por “incitar” la insurrección de sus seguidores al Capitolio. Sin embargo, los demócratas no están solos. Algunos republicanos también han demostrado su desaprobación hacia las decisiones tomadas por el presidente. Entre los republicanos que han pedido la aplicación de la Enmienda número 25 se encuentra el congresista Adam Kinzinger, el gobernador de Vermont y el gobernador de Maryland.
Cabe destacar que para destituir al presidente de Estados Unidos existen dos posibles caminos. El primero recae en el vicepresidente, ya que él es el que debe aplicar la Enmienda número 25 de la Constitución y el segundo camino consiste en un juicio político conocido en EE.UU. como impeachment.
¿En qué consiste la Enmienda número 25?
La Enmienda número 25 permite al vicepresidente convertirse en presidente interino cuando el presidente no puede continuar con sus funciones en caso de quedar incapacitado debido a una enfermedad física o mental. La parte de la enmienda que se está discutiendo es la sección cuarta, que permite al vicepresidente y a la mayoría del gabinete declarar al presidente Trump incapaz de cumplir con sus funciones.
No obstante, el presidente tiene la oportunidad de ofrecer una respuesta por escrito, y si impugna el hallazgo, entonces le corresponde al Congreso decidir. Cualquier voto en el Senado y la Cámara de Representantes que ordene la destitución del presidente requiere una mayoría de dos tercios.
Pero las posibilidades de que Pence y al menos ocho miembros del gabinete rompan con el presidente e invoquen la enmienda hasta ahora parecen poco probables.
Por otro lado, si el vicepresidente decide no actuar. Nancy Pelosi ha indicado que convocaría a la Cámara para iniciar su segundo procedimiento de juicio político contra Trump. Si esto llega a suceder, Trump se convertiría en el primer presidente de la historia en ser acusado dos veces.
¿En qué consiste el juicio político?
Para que eso suceda, el juicio político debe llevarse a la Cámara y aprobarse en una votación. El caso luego se pasa al Senado, donde se necesita un voto de dos tercios para la destitución de un presidente. Este hito nunca se ha alcanzado en la historia de Estados Unidos y no hay indicios de que los demócratas obtengan esos números en el Senado, donde sólo ocupan la mitad de los escaños. Tampoco está claro si queda tiempo suficiente para llevar a cabo el proceso.
¿Qué tan probable es la destitución de Trump?
Si bien varios demócratas han expresado su apoyo al juicio político, aún suponiendo que cumplan su palabra cuentan con dos obstáculos: el tiempo y la falta de apoyo de la abrumadora mayoría de la Cámara de Representantes. Y aunque haya una posibilidad de que una pequeña mayoría vote por el juicio político en la Cámara, como sucedió en diciembre de 2019, es muy improbable que los dos tercios requeridos del Senado voten para destituir al presidente, ya que los senadores republicanos no han expresado ningún deseo de votar por la destitución de Trump.
En cuanto a invocar la Enmienda número 25, también parece cada vez más improbable. Aunque ha habido informes de que se ha debatido a un nivel superior, dos miembros del gabinete que se oponen a las acciones de Trump ahora han renunciado, y es poco probable que los que quedan se unan en una medida para destituirlo.
El inicio de un nuevo problema
No obstante, el problema no termina aquí. Aunque quede menos de dos semanas de la presidencia de Donald Trump el “trumpismo” ya es una enfermedad que se ha esparcido a lo largo del país. Una encuesta telefónica de la empresa YouGov tomada el día de ayer mostró que uno de cada cinco estadounidenses aprueba el intento de toma del Capitolio. Entre los votantes republicanos, ese porcentaje sube a 45%. En conclusión, el trumpismo ha encontrado una fuerte base social que probablemente sobreviva por muchos años más, aún sin la presencia de Donald Trump en el ojo público.
El desafío ahora es dirigido hacia el presidente electo, Joe Biden, que se encargará de gobernar un país más polarizado que nunca y con una gran parte de la población que no reconoce su legitimidad.