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Nacional

¿El problema es el refresco?

Ángel Enrique Dupuy

6/Agosto/2020

Las bombas cayeron, pero en México pareciera ser que estas destaparon nuevas historias que podrían afectar el desarrollo de la política gubernamental y opositora con vistas a 2021.

En México y el mundo, las bombas de agosto no se hicieron esperar. El 4 de agosto, en la capital de Líbano, Beirut, 2,700 toneladas de nitrato de amonio provocaron una fuerte explosión que destruyó todo a su alrededor, dejando más de 100 muertos y 4,000 heridos. Las autoridades del país señalaron que el cargamento de nitrato se encontraba abandonado en el puerto de la capital, dado que había sido confiscado de un magnate ruso que se declaró en bancarrota en 2014. Por otra parte, el 5 de agosto, el mercado de frutas y verduras iraquí de la ciudad de Ajman, Emiratos Árabes Unidos, se incendió y sus estructuras quedaron totalmente dañadas. Además, el 6 de agosto, se celebra en Japón el 75 aniversario de los ataques atómicos a Hiroshima y Nagasaki. Sin embargo, en México las llamas de la “revolución” fueron las que movieron a los pequeños comerciantes de Oaxaca, ya que el Congreso de dicho estado aprobó, con 31 votos de 42 posibles, la reforma al artículo 41 bis de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes con vistas a prohibir la venta, obsequio, distribución y suministro de alimentos envasados de alto contenido calórico, dulces y bebidas azucaradas a personas menores de edad.

La bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en el Congreso de Oaxaca fue la que impulsó la iniciativa argumentando que la reforma apoyará a promover acciones en contra de la obesidad infantil. Por otro lado, los comerciantes del estado están preocupados, ya que parte de sus ingresos serán afectados por la medida “restrictiva” que les impusieron los diputados. Además, expusieron que la medida solo logrará fomentar el comercio informal, una disminución de los productos artesanales y un mayor impacto negativo a los pequeños comercios de la entidad. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en México 1 de cada 3 personas de entre 6 y 19 años padece sobrepeso y obesidad. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que las medidas de prevención deben estar enfocadas en la alimentación y la forma de vida en la que se desarrolla la persona, entre las medidas para los niños, niñas y adolescentes están: limitar la ingesta energética procedentes de grasas y azúcares, la realización de una hora de actividad física y el aumento del consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales y frutos secos.

No obstante, el problema de la obesidad no solamente surge en México por las costumbres, hábitos y tradiciones de la sociedad, sino por el ingreso familiar, dado que en muchas partes del país del águila devorando una serpiente, es más barato comprar una hamburguesa con un refresco de cola que una ensalada que contenga proteínas. En la Ciudad de México, el paquete más barato de hamburguesa con refresco puede llegar a costar alrededor de 30 pesos mexicanos; en cambio, si uno comprara jitomate, pepino, lechuga, zanahoria y una proteína para armar una ensalada nutritiva, cuesta alrededor de 40-50 pesos. Es decir que, si se ve en términos económicos, una persona que recibe un salario mínimo en México ($123.83 pesos por día), es factible y más probable que escoja comer una hamburguesa con proteínas y bebida a una ensalada más nutritiva pero que es más cara y no incluye bebida.

La otra bomba fue la que lanzó el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Víctor Manuel Toledo Manzur, al asegurar en un audio, que “el gobierno de la cuarta transformación (4T) está llena de contradicciones y esto se expresa en luchas de poder al interior del gabinete”. Explica que hay ejemplos como la Secretaría de Desarrollo Social que está en contra de la agroecología y, que también el presidente Andrés Manuel López Obrador y el jefe de la oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, están en contra del programa “Sembrando Vida”. En el audio Tolado Manzur también acusa a AMLO de cabildear en favor de un proyecto norteamericano de ganadería que iba a necesitar la compra o renta de ejidos en Campeche y Tabasco; a la secretaria y subsecretario de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y Ricardo Peralta respectivamente, de hacer reuniones con secretarios del gabinete y el vicepresidente de la cervecera “Constellation Brands” para que cerraran filas en favor de la construcción de la fábrica cervecera en Mexicali, Baja California. Finalmente, argumentó que hay diferencias con la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, ya que tienen distintas visiones de cómo implementar los proyectos en conjunto y que Romo lo convocó a desayunar con el dueño de Grupo México para que fueran más accesibles con los daños causados por la empresa minera.

Al que no le salió bien la jugada fue al senador de la República por Movimiento Ciudadano (MC) y Nuevo León, Samuel García, ya que culpó a AMLO por dejar que la refinería de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en Cadereyta, Nuevo León siga contaminando el ambiente. Sin embargo, antes de las 10 de la mañana del 6 de agosto García acudió a clausurar “simbólicamente” la refinería, pero lo que no se esperaba es que los trabajadores de la misma lo sacaran al grito de “fuera Samuel”. Los trabajadores se sintieron amenazados y la camioneta del senador fue dañada, pero el virtual candidato por MC para la gubernatura en Nuevo León en 2021 expuso en “Twitter” que la clausura solo era para evidenciar la contaminación y no para desproteger a los trabajadores de la refinería. Ya la historia dirá si la clausura “simbólica” le ayudará o perjudicará en las precampañas, campañas y/o elecciones del siguiente año.

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